La vacunación es un método eficaz y seguro para prevenir enfermedades en los animales de compañía. Las vacunas se pueden dividir en dos categorías: esenciales y opcionales.
Las vacunas esenciales para el caso de los perros son aquellas que protegen frente a las enfermedades virales como Parvovirus Canino tipo 2 (CPV-2), Distemper canino (CDV) y Adenovirus canino tipo 1 (CAV-1). Se les denomina vacunas esenciales porque protegen contra estas enfermedades que son mortales y de distribución mundial.
En aquellas regiones del mundo donde el virus de la rabia es endémico, la vacunación es considerada esencial frente a este patógeno para ambas especies. En Uruguay la vacunación contra la rabia es requisito legal, y en general también se requiere para viaje de las mascotas al exterior.
Las vacunas opcionales como ejemplo, contra Leptospira y sus diferentes serovares, se administran a los animales cuya área geográfica, medio ambiente o estilo de vida los expongan a esa enfermedad especifica.
A partir de los 45 días de vida sería la recomendación a nivel mundial. Hasta la sexta semana de edad, los cachorros están protegido por los anticuerpos maternales, estos los reciben a través del calostro ingerido durante las primeras 12 horas de nacidos. Transcurrido ese tiempo, esa inmunidad pasiva comienza a descender, permitiendo una inmunidad activa. Sin embargo, hay casos donde la madre no tiene una condición de salud óptima y por tanto los cachorros están vulnerables por una deficiente inmunidad pasiva, por tanto serían receptivos a responder a la vacunación a una edad más temprana.
El período de tiempo ideal para comenzar un plan de vacunación en perros cachorros va entre la sexta y octava semana de vida, y la secuencia sería cada dos a cuatro semanas hasta cerrar el ciclo a las dieciséis semanas de edad.
Mientras el ciclo de vacunación no se cierre, el cachorro puede estar expuesto a las enfermedades virales, siendo susceptible, es por está razón que el propietario deberá estar atento a las áreas donde se desenvuelve y limitar el contacto con otras mascotas.

¿Qué requisito debe tener un cachorro para iniciar el plan de vacunación?
Para que un cachorro pueda iniciar el ciclo de vacunación, es esencial que este libre de parásitos. Un animal con parasitosis tiene comprometido una línea de defensa en su sistema inmunológico, y afecta la respuesta de inmunidad activa contra infecciones víricas (que son los patógenos presentes en las vacunas). Se aconseja hacer una primera desparasitación a los treinta días de edad y repetir una segunda dosificación una semana después. Luego antes de cada vacuna, se hace una desparasitación por prevención.
¿Cuando se aplica un refuerzo de las vacunas de cachorro?
La vacuna de refuerzo, tradicionalmente se ha administrado a los 12 meses después de la última serie primaria de vacunas para cachorros. El objetivo de esta vacuna es asegurar que el sistema inmunológico responda ante una eventual infección.
Un perro adulto debe ser revacunado anualmente, pero los componentes de las vacunas van a variar. Enfermedades como Leptospira, virus de Parainfluenza requieren refuerzos más frecuentes para una protección confiable, mientras que las vacunas básicas se administran cada 2 años después del primer refuerzo.
Sin embargo, las vacunas disponibles en la mayoría de los países son polivalentes; significa que contienen componentes de las vacunas básicas (CPV-2, CDV y CAV-1), además de las mencionadas anteriormente.
Por lo tanto, se aconseja una revacunación anual en perros adultos hasta que los fabricantes produzcan líneas de vacunas diferenciadas.
En cuánto a las vacuna antirrábica disponibles a nivel internacional, se produjeron inicialmente para un año, esto debido a la exigencia de revacunación anual en la mayoría de los países. Estos mismos productos ahora tienen una duración de 3 años en muchos lugares donde la ley se ha modificado.
Een los países de América Latina el requisito legal está en desacuerdo con la duración de la vacuna, y en la gran mayoría no se ha cambiado ni la duración de la vacuna ni la ley.
Pueden haber reacciones adversas después de la vacunación, ya que son productos biológicos. Se han documentado reacciones adversas como anorexia (pérdida de apetito), letargia (indiferencia a estímulos externos), fiebre y dolor en el punto de inoculación.